

Mayo se caracterizó por festejos de todo tipo, actos escolares, bicentenario, gente en las plazas, turistas aprovechando el fin de semana largo, y el arte expresado en fiestas simultáneas en varias provincias.
La Villa de Merlo no quedó atrás en festejos, a los que se sumaron, como es habitual en esta fecha, el Encuentro de Pintores Paisajistas, que ya desarrolla su XIX edición.
Los días 21, 22 y 23 de mayo, las calles merlinas recibieron a más de 650 pintores del país y el exterior.
Diario Espacios tuvo la oportunidad de entrevistar a José Antonio Gómez Hernández, artista peruano ganador del Primer Premio del certamen.
José se hospedó en Piedra Blanca en la cabaña de Ofelia y Alberto, y fue el destino, la “casualidad” o la divina estrella los que movieron sus hilos para inducir a un encuentro casi milagroso: ya que, por sugerencia de la hija del matrimonio, José llegó a Pasos Malos para crear la obra ganadora.
Nos relata: “Yo vengo de la ciudad. Lima y Buenos Aires se parecen mucho, los que somos de ciudades grandes andamos con un training, un ritmo rápido y con tanta desconfianza, que aún a mi, que viajo mucho, me resulta difícil. En las ciudades, somos así, vivimos a puertas cerradas.
Lucía (la hija del matrimonio) me dijo –tú vas allá, (Pasos Malos), me hizo un mapa, palmoteas, y van a salir los perros, detrás un hombre, le dices que vienes de parte mía y él te va a recibir-“
José está sorprendido, agrega: “es algo que no estás acostumbrado, que alguien te de una explicación y que te van a atender como si fueras conocido… pero fue mejor que eso, sabes, porque me alquilé un taxista amigo de ellos Horacio, que me llevó, -le dije espérame acá, porque no sé si me tiran los perros o no me dejan entrar- y salió un tipo simpatiquísimo, que me abrió su reja, me dijo pasa, mira esta es mi casa, tú eres amigo de Lucía y Sergio, tú eres de mi familia. Me abrazó, me mostró toda su casa, me dijo: pinta donde quieras, hazte la idea que esta es tu casa. El vive entre cerdos, chivas, pollos y gallos y ahí pinté el cuadro que ganó.
Luego él preparó una comida y almorzamos los dos. Tú no te esperas algo así. Los que vivimos en ciudades estamos acostumbrados a pagar por cosas, por servicios, pero que alguien te brinde su corazón…!”
“Él ni sabe que yo gané el premio, así que mañana antes de irme voy a pintar un cuadrito y se lo voy a dejar. Es lo mínimo que puedo hacer”.
José tiene una sonrisa fresca y sonora que se mezcla permanente en el relato: “Me presenté en el concurso. Yo no conozco a nadie aquí. Estaba esperando los resultados, y empezaron a descartar. ¡Y me llaman! ¡Yo me paro!, y claro… no me conocen, todo el mundo vino de Buenos Aires, de Córdoba, de Mendoza en grupo, yo estaba solo.
Me vine de Buenos Aires, porque me fui a dejar cuadros a una galería, y me enteré a la vez del concurso, dije bueno, vengo y participo, a mi me encanta, no me gusta quedarme con las ganas, si hay algo para hacer y cerca hay que hacerlo y así fue como nació esto”.
“Cuando me enteré del concurso, me dijeron tienes que apurarte, porque justo coincide con un aniversario: el bicentenario, es feriado y no vas a conseguir pasajes. Llegué a Buenos Aires, busqué el pasaje y lo encontré, luego faltaba dónde hospedarme, me dieron una lista por correo electrónico, me dijeron ni llames ahí, luego me pasaron otra y la primer persona de la lista era una señora Blanca, que no tenía hospedaje, ella me dijo conozco a alguien que sí tiene, y era Ofelia, la llamo y así surgió todo esto, sabes. Ofelia me presenta a su hija que me habla del lugar en Pasos Malos y luego ellos me hablan de ti… uh! Esto es una red! Y notas que hay algo más allá de coincidencias. Hay una divina voluntad que esta gente se conozca, por algo tenía que ocurrir esto, yo creo mucho y hay que dejarse llevar a ojos cerrados porque algo bueno va a pasar, es increíble, aquí estoy”.
José estudió Bellas Artes en Lima. Se recibió en el año ´93, cuando sólo tenía 23 años.
“Desde niño me encantó esto. Creo que los artistas o las personas que hacen algo con sus manos, quieren escapar del dolor, del sufrimiento… de niño teníamos terribles problemas económicos. Yo era el más pequeño de siete hermanos. No tenía cuarto, la ropa que me llegaba era de mis hermanos mayores. Todo era reciclado. No tenía nada que yo pudiera manejar. No me sentía bien con mi cuerpo, conmigo mismo. Me metí al arte, sabes, por algo tan primitivo…! por creer que eso me iba dar algún poder, mínimo, como el poder de hacer algo por ti.”
“Yo creo que el dibujar, lo que dure dibujar, es mi espacio... mi tiempo y es mío y de nadie más… y fue así, por una necesidad que va más allá de comer, que enfaticé la idea del arte; porque no importa que tan grande pueda ser el pintor, lo que importa son los cuadros, o sea tu trabajo, entonces dije –eso me va muy bien- estupendo, porque no tengo que aparecer yo.”
“Y fue curioso, porque la primera exhibición individual que hice, la galería me pide una entrevista directa con un canal importante de mi país que emite a nivel nacional! Y conmigo ahí!, ¡yo me quería morir!, pero con el tiempo comprendí que ese es el teatro. El teatro de la vida y que dura una exhibición, un concurso,… fotos, entrevistas y cosas, pero, después de eso sigue la vida…hay que trabajar teniendo mucha disciplina, orden. Creo que ahí linda el error en los jóvenes, porque ven a los artistas acompañados de chicas, licor y dicen, quiero vivir como esta gente! Yo les digo, mira esto dura nada, las pocas veces que doy clases tengo siempre un alumno o ninguno, porque no les pinto una fantasía, les digo, la realidad es esta. Pintar es terriblemente hermoso. Estás acompañado de ti mismo y verte a ti mismo implica sacar tus demonios, verte en el espejo y aprender a amarte”.
¿Cómo hace un artista para vivir del arte?
“Yo estudié Bellas Artes sin pensar en comerciar. Quise aprender, estudiar, pero todo es un proceso, luego decidí hacer la carrera y ser profesional, lo que implica meterte en el mercado y al comienzo si no tienes padrinos, no tienes nadie, las galerías ni te miran. Tienes que tener una muy buena obra y eso implica trabajo, pero si no tienes quien te mantenga, quien te ayude cómo vas a hacer?... es complicado al comienzo. Gracias a Dios las decisiones que tomé muchas equivocadas, aunque las acertadas me ayudaron a encontrarme con buena gente, gente que me enseñó, que me educó, claro yo acepté educarme, acepté el aprendizaje y luego las oportunidades….estaban por ahí, muy lejos de mí, fue saltar y cogerlas en el aire y dejarme llevar también. Me autoinvité a muchos eventos, al comienzo. Luego la cosa cambió, hoy es bien distinto, fue producto de joder mucho y por todos lados, de creer y tener olfato, de dejarme llevar por el instinto y obviamente trabajar mucho.
Tomé la decisión de ser profesional, para lo que tienes que tener un lenguaje, educarte y estar también en el comercio, en las galerías, en los cursos, viajar y procurar vender tus obras para vivir”.
¿Por qué viniste a Buenos Aires?
“Es la segunda vez que vengo a Buenos Aires, vine en el 2008, porque me invitaron para Arte BA. Me gustó mucho Buenos Aires, mil galerías… ahora voy a entrar en una que se llama Brac y además tenía la invitación de Merlo.
Me fue bien. ¡No me imaginé! -me dije- voy, participo, me seleccionarán… porque hay gente buena en todos lados, hay un nivel profesional increíble. Había más de 650 cuadros participando. Yo gané la categoría profesional, pero hay una categoría superior que es Premio de Premiados, o sea todos los ganadores tienen el derecho de participar en esa categoría y el nivel de esa gente es un “top” bárbaro, sabes, y este premio me da derecho a participar el año que viene en ese nivel. Ya estoy saboreando el reto, sabes,¡qué lindo va a ser competir con gente de ese nivel!, me entusiasma ver gente tan profesional, tan talentosa, yo admiro mucho el talento, digo ¡que maravilla!, ¡qué gente para buena!”

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